La Barcelona agobiada

 


En Ciutat Vella son bastante frecuentes estos pasos, que responden a la necesidad -angustiosa, por demás- de aprovechar el escasísimo espacio que iba quedando en una ciudad cuyo crecimiento provocaba una gran presión interior a causa de las murallas que la cerraban. De esta forma se aprovecharon las bocacalles para edificar sobre ellas, tal como vemos en la fotografía, formando una especie de túnel de acceso.

Realizar esta fotografía de la calle de Grunyí, como casi todas las de este tipo, y hay muchas, es un pequeño desafío, pues hay que tomar la parte de la arcada con algo de luz sin sobreexponer la vista de la calle que se prolonga más allá. Evidentemente, hay que editar la fotografía y jugar con las luces altas, pero de todos modos me ayudó también la luz que entraba a mis espaldas (está tomada desde la calle de la Argenteria).

La foto la tomé el día 20 de agosto de 2021, fecha importante, por ser mi cumpleaños y, ese cumpleaños en concreto, el día que accedí a la jubilación.

El nomenclator barcelonés nos cuenta que el nombre de esta calle es una forma aberrada de Grony, apellido de una familia que formaba parte de lo que hoy llamaríamos burguesía. Entre el establecimiento del nuevo régimen municipal del siglo XIII y hasta 1346, casi un siglo, fueron en total catorce los Grony que ocuparon un sitial en el consejo municipal.

La calle se llama así desde antes de 1865 y en diferentes épocas se denominó Gruñí y Girona.


Datos técnicos:

  • Cámara: Panasonic Lumix TZ90 (ya jubilada)
  • ISO: 400
  • Diafragma: f8
  • Exposición: 1/10
  • Distancia focal: 24 mm (en estándar 35 mm equivalente)