Sombreros de nuevo

El domingo 27 de abril, se celebró en Barcelona la Passejada de Barrets (Paseo de Sombreros). Viene celebrándose desde hace años; empezó siendo una pequeña performance de cuatro excéntricos y hoy constituye, si no un acontecimiento capital en la ciudad, sí una manifestación curiosísima, graciosa y muy nutrida de público. Y, ni que decir tiene, allá vamos los fotógrafos por batallones completos. En mi caso, no es la primera vez que voy. La verdad es que vale la pena. Pese a que cada foto es una pequeña batalla por el gentío y por la competencia de compañeros, pese a que nunca puedes hacer al cien por cien la foto que te gusta, porque hay lo que hay, es un buen motivo para abandonar la placidez de un domingo a la hora del aperitivo y tratar de meter en la cámara algo de todo ese colorido y de esa alegría.

Porque es una fiesta alegre, protagonizada, sobre todo, por mujeres: los hombres -aunque algunos hay con atuendos muy interesantes- son, en general, anodinos; y por mujeres, además, mayores: aunque hay jovencitas que tienen un excelente palmito para lucir, es encantador ver la cantidad de damas mayores que, solas o en compañía de sus compinches, dan rienda suelta a toda la jovialidad y la alegría que llevan dentro, y abandonan su habitual circunspección abanderándose con el color y, en algún caso, con un escotito algo más picantón de lo que suelen, en una deliciosa desinhibición.

Fotografía pelín difícil. Primero, ya lo he dicho, por la competencia entre una nube de fotógrafos intentando atraer para sí la atención de las improvisadas modelos (lo que constituye, por cierto, un interesante ejercicio de fotografía de retrato al alimón) y, segundo, porque la hora de la convocatoria (las 12:00) es fatal, y más en un día radiante como fue ese domingo: luz casi cenital, con muy poco ángulo, y caras oscurecidas por los sombreros (es su función, claro) en contraste brutal con colores vivos, brillantes e iluminados a mogollón. En edición, hay que trabajar las luces altas y las sombras hasta la exageración.

Juzgad vosotros...

Cámara: Nikon Z50 + Nikkor DX 18-105 mm

 

Tres pamelas en alegre comandita

 f/5  1/320s  ISO-100  50mm (~ FF 35mm)



Las damas solitarias siempre tienen -por casualidad o buscado de propósito- un cierto halo de misterio

 f/4.8  1/80s  ISO-100  70mm (~ FF 35mm)



Uno de los pocos hombres con un tocado imaginativo

 f/5  1/25s  ISO-100  57mm (~ FF 35mm)



Otra pamela

 f/4.8  1/160s  ISO-100  70mm (~ FF 35mm)



Estas tuvieron mucho éxito. Iban de viudas, y montaban un número de plañideras que te caías al suelo de la risa.

 f/5  1/80s  ISO-100  35mm (~ FF 35mm)



Olga -a la derecha- y su grupo del pincel. Las alumnas y la profesora de una clase de pintura

 f/5  1/30s  ISO-100  30mm (~ FF 35mm)



¿Queríais misterio? Ahí lo tenéis. La dama sobria, elegante, solitaria, severa... Toda una sugerencia hecha mujer.

 f/5  1/30s  ISO-100  60mm (~ FF 35mm)