Demasía

 











En la entrada sobre la Casa Vicens ya dije que el modernismo era el estilo arquitectónico que menos me gustaba y eso que la Casa Vicens no es de un modernismo puro y, digamos, canónico. Nada de Gaudí lo es, ni en sus inicios ni en sus postrimerías. En cambio, la Casa Amatller sí, plenamente, con todos los pronunciamientos favorables (y lo de favorables es un decir). Se le llama modernismo, pero es puro rococó, sobrecarga de demasía por metro cúbico. No es de extrañar: el modernismo es un arte puesto al servicio de nuevos ricos -casi diseñado por éstos- en una inmensa horterada presuntuosa, en un monumental porque yo lo valgo. Puro Puig i Cadafalch.

En fin, el lunes 4 realizamos esta nueva visita (la tercera: me perdí la Casa Milà) en el curso UNED sobre este estilo arquitectónico y aquí tenéis parte del resultado. Podéis ver más fotografías aquí.

Las fotos de exteriores fueron relativamente fáciles: estando la primavera aún incipiente, los árboles no han alcanzado ni lejanamente su mayor densidad en lo que a hojas se refiere y, por tanto, pude fotografiar la fachada bastante cómodamente (en cosa de un mes, ya nos podemos despedir de fotografiar exteriores de arquitectura hasta noviembre: en la primavera y verano -y buena parte del otoño- en Barcelona sólo se puede fotografiar árboles). Las de interiores, más complicadas por razones de luz y de grupos de personas interponiéndose, pero, vaya, no me quejo: en otras ocasiones ha sido mucho peor.

Las fotografías han sido realizadas con mi urbana cotidiana, la Canon Powershot G5X Mark II, las de exteriores con una ISO 120 y las de interior con ISO 400, lógicamente con diferentes distancias focales y diferentes aperturas y exposición. Las de interiores han requerido después mucho trabajo de sombras y luces altas